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A las clases medias del mundo: ¡Rebelaos!


 

 

 

 

A las clases medias del mundo: ¡Rebelaos!

 

(Plataforma Clases Medias).- No hay ya en España partidos de izquierda o derecha, y menos aún derechas buenas o derechas malas. Sólo una superestructura insostenible, infectada de «agentes» que atienden exclusivamente a sus intereses particulares. Un cáncer que se ha extendido a enorme velocidad y que amenaza con llevar al desastre a nuestra sociedad en muy poco tiempo.

Hay también quienes se engañan a sí mismos y, detrás de cualquier iniciativa civil como ésta, apuntan fines oscuros o intereses ridículos para no verse en la obligación moral de aceptar la realidad, tomar partido, esforzarse y ayudar. Otros siguen presos de implantes partidistas o – lo que es aún peor – intrapartidistas; autómatas fieles a los debates ya superados, sólo dispuestos a elevar el tono ante discusiones triviales.

Antes de que se produzca la extinción -dictada por los Gobiernos y las castas parasitarias políticas- de las clases mdias éstas han de disponerse para la última batalla, han de rebelarse. No como un derecho de resistencia, sino como un estricto deber marcado por el instinto de supervivencia.

CONCENTRACIÓN BAJO EL LEMA «MENOS GASTO, MENOS IMPUESTO»

La Plataforma de las Clases Medias, movimiento ciudadano sin vínculos políticos, convoca concentración nacional el 14 de febrero a las 12 horas en la Plaza de Colón de Madrid, bajo el lema ‘Menos gasto, menos impuestos’. La Plataforma de las Clases Medias quiere protestar contra la política económica del Gobierno y contra las masivas incautaciones de fondos de los contribuyentes que endeudan a varias generaciones.

La Plataforma considera que de seguirse esta línea se lleva a la economía española al colapso y a la sociedad al suicidio colectivo, y que no se aguanta una legislatura con este nivel de destrucción de empleo.

EXTRACTO DEL LIBRO ¡SALVAD LA CIVILIZACIÓN!, DE ENRIQUE DE DIEGO

En esta hora decisiva, cuando la civilización se tambalea sin resortes morales, esa rebelión de las clases medias es la última y única esperanza. Mientras mediante la depredación se pretende un ajuste brutal de la población del mundo, de que las clases medias sean capaces de protagonizar una rebelión liberalizadora va a depender el destino de la Humanidad, su salvación o su hecatombe. Nadie va a hacer nada por ellas, pues son las paganas, las expoliadas del sistema, y el futuro que les está reservado es el de su empobrecimiento y su proletarización; la miseria y la servidumbre; quizás la muerte por hambre.

Antes de pasar revista a las poderosas armas que quedan en sus manos para esta postrer batalla, detengámonos a analizar, con concisión, las dificultades de partida.

Los miembros de las clases medias no son políticos profesionales. En muchas naciones -pues la rebelión ha de ser mundial, aunque tenga focos más activos de inicio- carecen de experiencia organizativa, ya que la sociedad civil ha sido fagocitada o controlada o intervenida por el sistema. Detraer tiempo para la movilización, la concienciación y la organización les resulta dificultoso, al tener que atender a su trabajo y a su familia.

 

Al tiempo, carecen de medios de comunicación a través de los cuales hacerse oir, mientras la casta parasitaria los tiene casi todos a su servicio y, con frecuencia, siguiendo consignas de adormecimiento y desactivación.

Pero las clases medias pueden convertir su desventaja en un activo invencible. Ellas son el músculo y los nervios de la sociedad. Pueden y deben utilizar el trabajo y la familia, y los ámbitos de relación social, como campos de comunicación, influencia y organización. Un movimiento horizontal, escasamente jerarquizado, aparentemente desvertebrado, generará una red capilar que primero se constituya en foco de resistencia y de inmediato en lanzadera para la conquista del poder y la liberalización de la sociedad.

Internet y los modernos sistemas de comunicación son instrumentos poderosos para esa acción civil en red. También medios tan tradicionales y efectivos como la tertulia familiar entre padres e hijos, entre abuelos y nietos, ampliando, después, los círculos, a amigos y compañeros de trabajo. Cada miembro de las clases medias ha de constituirse en un activista, ha de ser líder de sí mismo.

El principal enemigo es interior. Es lo que denomino la ‘trampa de la esperanza’. Muchas personas, y así lo reflejan las encuestas, tienden a pensar que si bien todo irá mal, a ellos, mediante esfuerzo e inventiva, les irá bien; que mientras todo irá a peor, ellos, y sus familias, podrán sortear la tormenta perfecta. El sistema utiliza estos resortes bienintencionados de esperanza para desactivar la rebelión; especula para ello con el momento en que se verá la luz, las aguas volverán a su cauce y se saldrá de la crisis. Ofrecen, mientras tanto, productos degradados para la evasión y el entretenimiento, pan y circo, fútbol, sucesos, concursos y telebasura.

La disposición de ánimo para afrontar el futuro se ha convertido en una trampa. No existe salvación personal. Un número decreciente de expoliados lo irán siendo cada vez más hasta la extenuación. Más paro es igual a menos consumo y menos consumo es igual a más paro; círculo vicioso, espiral sin salida. La crisis actúa como un agujero negro que sube por la escala social: quienes no sienten hoy la crisis, serán sus víctimas mañana. La casta parasitaria política aspira a sobrevivir en una sociedad con una minoría aristocrática y una mayoría de esclavos, sobre los que lanzarán menguantes prebendas en forma de ayudas y subvenciones; comunismo o fascismo, lo mismo da, de tecera generación, con los ritos democráticos vaciados de contenido o directamente pervertidos. Un mundo de señores y siervos, sin clases medias, tras haber diezmado a la población.

 

No, no existe salvación personal y cualquier mente que no se haya dejado degradar por la propaganda es capaz de entenderlo. La esperanza ha de canalizarse en el esfuerzo común, pues muchos pocos hacen un mucho de extraordinario poder. Hay que regenerar la democracia, hay que cambiar las bases del sistema antes de que éste caiga definitivamente sobre las clases medias, aplastándolas.

Para esta batalla, es preciso no sólo coraje, sino también ideas claras. Es imprescindible ser conscientes de en qué momento nos encontramos. La miseria y la servidumbre, el empobrecimiento y la tiranía no son futuribles que entren dentro de las opciones posibles, sino que ya han sido decretados por los gobiernos y dictados por las castas parasitarias; es sólo cuestión de tiempo: de que en la travesía entre el decreto y la ejecución las clases medias sesteen, se acobarden, se evadan y sean incapaces de rebelarse y no asalten las bastillas de las nomenclaturas.

La democracia ha sido finiquitada. Ha dejado de existir y es preciso recuperarla y regenerarla. Para hacer comprensible la situación baste decir que los gobiernos han dado un golpe de Estado desde arriba y será muy cruento. La democracia, es necesario no olvidarlo, no es el gobierno de una mayoría despótica o manipulada cuya capacidad alcance a la limitación de los derechos personales y mucho menos a la incautación de vidas y haciendas; esos derechos y propiedades son previos, inviolables, indiscutibles. Pagamos impuestos para que los gobiernos protejan nuestras propiedades no para que se incauten de ellas. Lo contrario de lo que ha sucedido. En el ejercicio del poder no sólo es precisa la legitimidad de origen, tan importante o más es la de ejercicio, y el común de los gobiernos la han perdido, han abusado del poder de manera arbitraria, han robado el dinero de los ciudadanos responsables mediante argucias, falsas coartadas y en directo beneficio de las oligarquías financieras.

Los gobiernos están concentrando con esas incautaciones un poder desmedido, que implica una marcha objetiva, al margen de sus intenciones de origen, hacia la tiranía y el totalitarismo. No se puede conceder a un ejecutivo un poder desmesurado sin que abuse de él. Esa es una ley universal, miles de veces demostrada. Si se permite que los gobiernos culminen sus golpes de Estado la rebelión será irreversible y la denuncia se establecerá en los límites de la disidencia moral, que irá siendo perseguida hasta su eliminación.

Esas incautaciones masivas conllevan el empobrecimiento y la extinción de las clases medias. Puede decirse en completa propiedad que las clases medias no tienen otra opción que la rebelión. Es cuestión de supervivencia. Cuando se lleva a nuestras familias a la indigencia, cuando se ha quitado el futuro a nuestros hijos, endeudando a las generaciones futuras, rebelarse no es ni tan siquiera un derecho, es sobre todo un deber, marcado por la propia naturaleza, por el mínimo sentido de decencia y dignidad.

La batalla no está perdida de antemano. Antes al contrario, la casta parasitaria no ha estado nunca tan débil como ahora; el sistema de depredación no se ha mostrado nunca tan voraz como en el momento presente y, al tiempo, tan necesitado. El gigante ha mostrado sus pies de barro. Tantas reuniones, tanto dinamismo espasmódico de los dirigentes muestra bien a las claras que el sistema de expoliación de las clases medias está podrido y ha llegado a sus últimos estadios de bajeza, ha intensificado a sus últimas contradicciones, está dando sus últimos coletazos, que pueden ser letales, cierto, pero también el preludio de su final.

No es éste tiempo para el debate, sino para el combate. Tienen las clases medias para esta batalla decisiva tres armas poderosas y han de utilizar, sin limitaciones, las tres: el voto, el ahorro y la fiscalidad.

Que el mundo se ha quedado sin referencias implica, como corolario, que las clases medias se han quedado sin representatividad, se han quedado sin partidos. En casi todas las naciones, las formaciones que canalizaban sus aspiraciones directa y claramente las han traicionado. La depredación, que siempre había sido la base del sistema, se ha fortalecido como el consenso de todos los partidos. No hay que tener, nunca, miedo a ningún reto, ni perderse en lamentos estériles. Las clases medias han de generar sus propios partidos, presentarse a las citas electorales con su nítida voz regeneracionista, con su propia agenda, blindados a las toscas argucias del mal menor y a las interesadas y degradantes reclamaciones al voto útil.

 

 

 

Las clases medias no sólo han de generar sus cauces de participación política, también han de generar sus propios lobbys económicos, sus instrumentos financieros. Puesto que los gobiernos han concentrado el poder económico, han nacionalizado de hecho los bancos y aspiran a tener el crédito en sus manos, las clases medias han de enfrentarse y boicotear tales designios por pasiva y por activa. Por pasiva, sacando los fondos de aquellos bancos o cajas que estén bajo los dictados de los políticos. Y generando, por activa, con las ventajas y fisuras que ofrecen los diferentes sistemas legislativos, sus propios bancos, sus propios instrumentos de inversión con los que desmantelar el corrupto mercantilismo.

Para que los capitales no fluyan hacia los paraísos fiscales, se han concedido privilegios a las grandes fortunas, que no se permiten a las clases medias, pero la unión de éstas puede conseguir ser un gran fortuna -muchos pocos hacen un mucho- capaz de invertir en medios de comunicación o en grandes empresas, rompiendo la mala práctica de las negociaciones -contra el consumidor: no sólo pagamos la mala gestión y la corrupción en tributos, también en tasas- entre el poder político y empresarios y directivos de las grandes corporaciones.

El arma más poderosa con la que cuentan las clases medias, la más demoledora, es la fiscalidad. Tributación, representación, ese el origen de cualquier democracia. La forma más rápida y contundente de ganar las guerras es cortar los suministros al adversario.

Sin la fiscalidad de las clases medias la casta parasitaria no puede sobrevivir, sin ese flujo de fondos, el sistema de expoliación se vendrá abajo y tendrá que regenerarse y limitarse. Todas las incautación perpetradas y en marcha resultarán fallidas si las clases medias se niegan a pagar facturas que no han firmado, y que han sido giradas en su nombre y en el de sus hijos y en el de los hijos de sus hijos.

Las clases medias han de ir decididamente, han de pasar a la insurrección fiscal. Es un deber. No debemos permitir que, por sus errores, y sin asumir sus responsabilidades, las oligarquías financieras y las castas parasitarias políticas lleven a nuestras familias a la indigencia y conviertan nuestro trabajo en función de esclavos. Habrá que hacerlo, con racionalidad, aprovechando las fisuras del sistema depredador. Y si no, de manera clara, completa y contundente, con todas sus consecuencias.

Ese grito de la rebelión: ‘Con mi dinero, ¡no!’ es el inicio de las soluciones, es la salida auténtica de la crisis de modelo que ha degenerado en una aún más grave de civilización.

Ese grito de la rebelión: ‘Con mi dinero, ¡no!’, es la apuesta y la puesta en marcha de la regeneración democrática, hacia la limitación del poder. El programa regenerador se contiene en las doce propuestas de El manifiesto de las clases medias y se resume en el principio de que quien pueda vivir de su propio esfuerzo no ha de vivir, ni aspirar a vivir, de los demás.

Hago un llamamiento a las clases medias de todo el mundo para que se movilicen, se organicen y se rebelen. En España lo hemos hecho a través de la Plataforma de las Clases Medias (lasclasesmedias.blogspot.com), con cuatro objetivos mínimos: reforma de la Ley electoral para ir al sistema mayoritario de circunscripción uninominal; puesta en marcha del cheque escolar en los diversos niveles educativos; eliminación de toda subvención bajo la coartada de la cultura; sistema de capitalización para las pensiones.

Es preciso combatir el intervencionismo y las castas parasitarias en todas las naciones del planeta. Nos jugamos la supervivencia de la civilización y de la Humanidad. Las ineficiencias en cualquier punto afectan a todos. En esta aventura no vamos solos, nos necesitamos todos. La tiranía política y el intervencionismo económico en cualquier punto del planeta pesa sobre el resto. No queda otra que sacudir modorras y presentar batalla. Esta tercera guerra mundial, interior y planetaria, es más peligrosa que las anteriores, porque no se presenta con desfiles, clarines y estruendos, sino mediante el decaimiento general del día a día. Por eso exige claridad de ideas, movilización general y coraje. El tiempo apremia. No rebelarse es asumir la responsabilidad en la desaparición de una parte importante de la población mundial.

Las clases medias europeas han de desmantelar la onerosa burocracia en la que ha degenerado la Unión Europea.

Hago un llamamiento especial a las clases medias de los Estados Unidos para que se rebelen, para que pasen a la insurrección fiscal, contra los planes depredadores de su gobierno actual, que quiere acabar con su nación como la mayor patria de la libertad que ha conocido el mundo.

El grito común de la rebelión ha de resonar al unísono en los cuatro puntos cardinales: ‘Con mi dinero, ¡no!’.

http://blogs.periodistadigital.com/tizas.php?p=216112&more=1&page=1

Resultados de la encuesta: ¿Como te consideras políticamente?



Os ruego que nos disculpéis el que estos días andemos un poco más alejados de este blog, pero es que tengo unos exámenes este mes y Libertas aun se encuentra de viaje esta semana. Pero en ningun caso lo dejaremos desatendido.

Mientras tanto ya tenemos los resultados finales de la encuesta sobre ideologías políticas, con los partidarios del Estado mínimo a la cabeza, seguidos por los ancaps, con escasa representación de los socialistas (como por otra parte es lógico por la temática del Blog), liberal-conservadores y los anarquistas clásicos.

Resultados de la encuesta:

¿Como te consideras políticamente?

socialista 6 (5%)

conservador 8 (7%)

libertario minarquista 53 (49%)

libertario anarcocapitalista 31 (28%)

otros 9 (8%)

Votos Totales: 107

Se ha creado cierta polémica por el símbolo del futuro Partido Libertario, me gustaría que la próxima encuesta fuera en ese sentido: ver cual de las distintas simbologías que se han barajado en los foros y comentarios es más popular.

Nueva encuesta: ¿Cuales son tus símbolos libertarios preferidos?

  1. Libertatis Æquilibritas (mi preferido)
  2. La Estatua de la Libertad
  3. La Serpiente de Cascabel
  4. la justicia rompiendo las cadenas que la aprisionan
  5. logotipo electoral sin significado ideológico: PL
  6. letra L de libertad
  7. Oro Alquímico
  8. el «Amagi»
  9. la bandera aurinegra con puntos rojos (por los anarquistas clásicos)
  10. Otro (especificar en un comentario)


(Se puede votar más de uno)

Libertatis Æquilibritas



Libertatis Æquilibritas, que en Latín significa «el equilibrio de la libertad», es un símbolo usado por algunos adherentes del anarco-capitalismo. Se basa en el símbolo anarquista de la «A circular», pero símbolos como el del Yin y yang y el del dólar también están presentes. La «A circulada» representa la libertad total, alcanzable solamente en una sociedad anarquista, mientras que el Yin y yang representa el equilibrio de un mercado completamente libre. El símbolo del dólar representa al capitalismo, en el sentido de un sistema económico en el que la producción y el comercio no sufran de interferencias estatales y donde a cada quien se le permite el lucro, hasta el límite de su capacidad. Este símbolo fue ideado por Per Bylund, un ingeniero sueco, fundador del portal anarchism.net

El símbolo del dólar de oro es usado con especial énfasis por los minarquistas randianos.